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viernes, 1 de marzo de 2024

YNGWIE J. MALMSTEEN: “Marching out" (1985)

 

Cuentan las escrituras de Ragnarök que un joven de Estocolmo de nombre Lars Johan Yngve, 

se armó de valor y ascendió hasta Asgard y en el mismo Valhalla solicitó audiencia con Odin

para pedirle su más ferviente deseo: convertirse en el mejor y más virtuoso guitarrista de 

metal neoclásico de la historia. Cuentan que Odin tras estudiar su atrevimiento le concedió el 

deseo unido a dos condiciones irrevocables. A saber, su genialidad sin límites irá 

proporcionalmente unida a un ego descomunal y por último, aunque se rodeará de los 

mejores cantantes de heavy metal habidos y por haber, jamás podrán grabar más de dos 

discos seguidos con ellos y automáticamente después nunca les volverá a dirigir la palabra. Y 

así queridos amiguetes nacio la leyenda de Yngwie J. Malmsteen.


Algunos dicen que su pasión por la música afloró a los nueve añitos cuando vio a Jimi Hendrix 

por Tv quemando su guitarra en un festival y más tarde decidió centrar su técnica, mezcla de 

metal y clásico barroco al descubrir a un violinista interpretando los 24 caprichos del que sería 

su máxima inspiración, el gran Niccolo Paganini. Sea como fuere, en un universo paralelo yo 

me quedaría con la primera opción.

Con 15 años ya empezó a grabar demos y a rodar por algunas salas de su ciudad natal, 

esgrimiendo desde muy temprano esa técnica y rapidez prodigiosa que le ha convertido en el 

más grande. Fruto de mandar sus grabaciones a infinidad de discográficas y gente del medio, 

alguna cinta llegó a manos del caza talentos de Shrapnel Records, el mítico Mike Varney que 

no dudó en pedirle que se viniese a los States para formar parte del proyecto que iba a lanzar 

el vocalista Ron Keel, la banda Steeler.


Esa fue su primera aportación a la industria, y aunque el disco es bastante mediocre ya se 

puede apreciar como se las gastaba nuestro guitar heroe. Su paso fue fugaz y tras varias peleas 

se marchó de la banda, dejando ya una mítica frase representativa de su actitud prepotente: “

Ron Keel sería incapaz de cantar bien aunque tuviera a alguien apuntándole con una recortada 

en el pecho".


Su periplo seguiría, siendo reclutado por el bueno de Graham Bonnet para su nuevo proyecto 

tras su despido de MSG. Nos referimos a los fenomenales Alcatrazz que esta vez si nos 

dejaron ese maravilloso No parole from rock'n roll. Y ya podíamos disfrutar de las endiabladas 

escalas del señor Yngwie. Pero obviamente la convivencia de dos machos alpha en el mismo 

entorno acaba pasando factura y el bueno de Bonnet que ya venía cansado de las actitudes de 

diva de Blackmore y Schenker lo invitó a que siguiese su camino bien lejos del suyo.


Y es así como para bien de todos, el señor Malmsteen montó su propia banda, uniendo la 

marca Rising force a su nombre, dejando bien claro que la cosa iba a ser prometedora y en 

1984 ve la luz su disco homónimo. Un fantástico álbum debut prácticamente instrumental a 

excepción de dos temas, en el cual el gran Yngwie ya nos regala todo su potencial y donde deja 

latente su pasión por Vivaldi, Mozart y como no Paganini. Destacaría “Far beyond the sun" un 

temazo que sigue manteniendo en su set list y que nunca lo he escuchado tocar 2 veces igual, 

esta es una de las características de Yngwie; y por otro lado de los dos temas cantados, “As 

above so below", una suerte de opera heavy donde sobresalía la imponente voz de un 

jovencisimo Jeff Scott Soto, un prodigio de cantante que sería una de las bazas clave del album 



Y llegó el momento de la verdad, en 1985 Yngwie se saca de la manga, o del mástil más bien, 

una de las piezas que no debería faltar en la colección de todo buen amante del heavy metal: 

“Marching out". Antes que nada me gustaría recalcar la importancia del resto de músicos de la 

banda, porque aunque muchos creerían que el ego y autoridad de Yngwie dejaría al resto de 

sus compañeros de viaje en un segundo plano, es todo lo contrario, su coherencia a la hora de 

ofrecer un gran producto, permite que todos los miembros de sus proyectos tengan su espacio 

y brillen con luz propia, vamos que el amigo es egocéntrico pero no sordo. Y aquí nos 

encontramos con la que para mí ha sido la mejor formación de la “Rising force".



Por un lado, dos hermanos que venían de un grupo llamado Silver Mountain. El teclista Jens

johansson, que ya aparecía en el primer disco y que todo el mundo conoceréis por su labor en 

Stratovarius desde 1996, aparte de un sinfín de participaciones en otras bandas. Fundamental 

su aportación y creo que fue junto a Yngwie de los pioneros en ofrecernos esos duelos entre 

guitarra y teclados que luego han sido marca de tantos grupos de power metal sobretodo. Su 

hermano Anders Johansson tampoco se queda atrás, su labor en los parches muchos la 

asociareis por su estancia en la época más relevante de Hammerfall. En el bajo tenemos al 

querido y tristemente desaparecido Marcel Jacob, un músico excepcional que había 

colaborado con Europe en sus inicios y que luego de tocar con John Norum en solitario y 

ofrecerle unos temas que rechazó, montó ese prodigio llamado Talisman que tanto ha 

significado en el mundo del rock melódico y donde uno fuerzas y una amistad imperecedera 

con el quinto elemento de esta ecuación. 


Destacando entre tanto rubio sueco, aparecía desde 

Brooklyn una especie de mulato que iba a convertirse en uno de los referentes de este género 

y que si tenemos que desplegar su C.V. entero, nos haría falta un monográfico solo para el 

(cosa que no descarto). A la voz el increíble Jeff Scott Soto, alguien que gracias a su amplia 

versatilidad y potencia en su registro se ha convertido en un referente para toda la comunidad 

metalera, aunque muchos seguimos creyendo que nunca superó lo que aquí nos dejó 

plasmado. Así que vamos ya a meternos en materia:


Prelude/I' ll see the light tonight: Tras ese preludio o viento de Levante porque es lo que 

suena se abre paso uno de los temas legendarios del dios sueco. Un tema cañero con un riff 

diabólico y donde ya nuestro querido Soto nos deleita con unos potentes agudos. Todo el 

tema mantiene esa atmósfera enérgica donde los músicos ponen su granito de arena para que 

esta canción permanezca hoy como una de las joyas de la Corona en la carrera de Yngwie.

Como era de esperar aparte de sus cabalgatas a lo largo y ancho del tema, en el solo se vuelve 

a apreciar su gusto por los clásicos. La letra muy al al estilo Manowar, no sabemos quién es el 

enemigo que lo persigue, pero el vera siempre la luz al final del túnel.



Don't let it end: La primera vez que escuché este tema pensé que no se podía componer nada 

más bonito, potente y épico a la vez. Con unos arpegios maravillosos, la cosa arranca con ese 

Soto mostrándonos su registro más melódicos y unos falsetes que te estremecen para dar 

paso increscendo a esta maravilla. Una melodía que te atrapa y que desemboca en ese 

estribillo potente y enérgico. El solo ya son palabras mayores, aquí Yngwie a través de esas 

escalas infinitas nos ofrece una de sus mejores intervenciones con su justa referencia 

neoclásica como no. El tema termina con un Soto estratosférico haciendo unas variaciones del 

estribillo alucinantes que te hace desear como reza el tema que no acabe nunca. El mejor tema 

de la carrera de Yngwie.



Disciples of hell: No podía faltar una pequeña intro donde Malmsteen nos muestra que con la 

guitarra española tampoco anda huérfano y tras ese guiño a nuestras raíces musicales 

comienza este medio tiempo con esa forma tan característica de cabalgar sobre el mástil a lo 

largo de toda la canción. En este tema destaco sobretodo el trabajo de empaque de toda la 

banda y de nuevo un solo antologico que sin ser de lo mejor del disco convierten a esta pieza 

en imprescindible dentro de este gran trabajo

.

I am a viking: Otro de los momentos álgidos del disco. Aquí Malmsteen nos regala esta 

ofrenda épica como tributo a sus antepasados. Un temazo donde de manera apabullante nos 

van narrando ese camino del vikingo hacia Valhalla a través de los mares y con las espadas en 

alto. El riff es impresionante y el trabajo entre guitarra y teclado crea una simbiosis natural. 

Una vez más el solo es antologico, manteniendo la cadencia que arrastra el tema, pero sin 

lugar a dudas me quedo con la labor de Soto, subiendo a ese agudo increíble al final del 

estribillo que en el último tramo alcanza el infinito para que el propio Odin pueda escucharlo. 

Perfección absoluta!



1383 Overture: Como no, el disco debia contener su dosis instrumental y aquí tenemos esta 

especie de canción de cuna donde nos muestra su buen gusto y nuevamente su pasión por la 

música clásica. Un tema conciso y con una atmósfera conciliadora que sirve para darnos algo 

de tregua sobre lo que nos viene después.


Anguish and fear: Otro temazo con un riff guillotinante donde la labor de Jens Johansson al 

teclado es superlativa y ese duelo con su jefe en la parte del solo es trepidante. La canción es 

de las más rápidas y de nuevo Soto nos hace una exhibición de su versatil registro. También el 

otro Johansson nos deja alguna perlita a la batería y es que como ya dije anteriormente, el 

bueno de Yngwie les permite a todos tener su momento de gloria. A parte de ese estribillo 

hipnotizante destacaría el riff de la canción, muy al estilo vertiginoso de Malmsteen. Metal en 

estado puro



On the road again: Temazo típico con todos los clichés del heavy metal. Estructura cañera, 

notas desenfrenadas arriba y abajo, y un Soto desembocando en un frenesí de metal tras un 

parón melódico que nada nos hacía presagiar tal envite. Temazo!!!

Soldier without faith: Otro temazo, esta vez aportando su granito de arena a las guerras sin 

sentido, vistas desde el observatorio del soldado que después de la batalla solo desea volver a 

casa. Buena canción para lucimiento del gran Soto.


Caught in the middle:Tremendo verso vocalmente hablando para este tema que sin ser de los 

mejores nos deja unos solos de los mas tremendubulos entre teclado y guitarra. Cierre 

majestuoso para este despropósito de metal neoclásico.


Marching out: Broche de oro, escueto y con todas las acepciones del señor Malmsteen , 

calidad, clásicos y velocidad comedida.

Yngwie J. Malmsteen: Guitarras…

Marcel Jacob: Bajo

Jens Johanssin: Teclados

Anders Johansson: Bateria

Jeff Scott Soto: Voz.

Producido y mezclado por mr. Yngwie J. Malmsteen.

Grabado en los Cherokee studios de Los Angeles, CA y editado por Polygram.

Ni que decir queda que la carrera de este hombre nos ha dado un montón de grandes discos y 

solamente la lista de cantantes asociados a su discografia ya es sinónimo de calidad. Véanse 

Mark Boals, Turner, Goran Edman, Vescera, Doogie White o Ripper Owens. Las veces que lo 

he visto en directo solo me han confirmado lo grande que es, tirando la guitarra para atrás y 

cogiendola sin dejar de interpretar sus increibles solos. Tremendubulo!!!!


Te recomiendo el video en directo en Japon de esta gira, donde además de disfrutar de esta 

formación de lujo, verás temas del primer álbum, y de Alcatrazz en la voz de Soto.

Stay heavy!!!!

10/10

The mountain King/ Sergio Arroyo.


LA HORA DEL ROCK N. 300 !!! MUCHAS GRACIAS POR SEGUIRNOS!!!! CON ZENÓN PEREZ FERNANDO NADALES Y PACO JIMÉNEZ

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